En varias ocasiones hemos hablado sobre la importancia de crear una buena cultura de adoración en nuestros equipos de alabanza y adoración, así como al servir. Pero, ¿cómo realmente podemos lograr una cultura saludable de adoración y servicio?
La adoración y el servicio va mucho más allá de los recursos o herramientas que utilicemos, es una cuestión totalmente de actitud.
La cultura saludable no es algo que podamos fabricar, es algo que está en nuestra esencia, que muchas veces por desenfocarnos la descuidamos y la ocultamos. La cultura del equipo de adoración no es solo algo de lo que hablar, es lo que somos y que debemos esforzarnos por hacer notar.
La actitud y el compromiso son vitales para cualquier persona que forma parte de un equipo de adoración y servicio. De aquí se define realmente el éxito que tengamos como equipo, y el éxito no es nada más que acercar y guiar a las personas hacia el amor de Jesús.
¿Cómo vamos a guiar y acercar a las personas a Jesús si ellos no ven primero en nosotros su reflejo?
El reto más importante que tenemos es ¿cómo voy a reflejar a Jesús en lo que hago?, estoy convencido de que la respuesta para esto es: la actitud.
Analizando esta pregunta hice una lista de 5 actitudes para lograr una cultura saludable de adoración y servicio. Cada uno de los puntos tiene una pregunta que todos podemos hacernos a nosotros mismos y que nos ayudará a mantener la cultura de nuestros equipos de adoración y servicio saludable y próspera.
1. Valora el aprendizaje.
“¿Cómo puedo hacer esto mejor?”
Algo que siempre debemos tener en nuestra mente es que NO LO SABEMOS TODO.
Es triste cuando nos encontramos con personas que sienten que ya no deben aprender nada, que ya lo saben todo. Esto sin duda es algo que afecta la actitud en la adoración y el servicio. Aprendamos a aprender, aprendamos a escuchar, encontremos formas de seguir aprendiendo todo aquello que podemos seguir desarrollando
Cuando buscamos activamente oportunidades para aprender y crecer en cada situación, la crítica constructiva no es un ataque contra mí como persona, sino una respuesta a la pregunta que he estado haciendo todo el tiempo, y una vez que hayas aprendido, ayuda a y enseña a otros para que ellos también aprendan.
2. Comprométete a servir.
“¿Cómo puedo ayudar a los demás?”
No importa lo que encontremos en nuestras manos para hacer, ya sea liderar el tiempo de alabanza y adoración, operar una cámara o una consola de audio, cambiar las pilas del micrófono o cambiar las letras en la proyección, nuestra actitud debe estar basada en la pregunta: ’¿cómo puedo ayudarlos?’
Debemos buscar siempre la manera de servir a los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús, quien vino a esta tierra para servir y no para ser servido.
“…y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Mateo 20:28 (NTV)
La próxima vez que estés en tu iglesia, no te canses de recordarles a los demás que estás para ayudarles, para servirles y no al revés, y estás para hacerlo tanto arriba de una plataforma, como abajo.
3. Busca la excelencia.
“¿Esto es lo mejor que puedo dar?”
La excelencia no es la perfección, escribí sobre esto hace algún tiempo y es una realidad que es bueno buscar la excelencia por una simple razón, Dios lo merece y Él es excelencia en todo sentido.
Ser excelentes en lo que hacemos será la mejor carta para presentar a Jesús a las personas. Busca siempre dar lo mejor de ti, y encuentra siempre los mejores medios y recursos para mejorar.
4. Comprométete con la humildad.
“¿Cómo puedo demostrarles su valor a quienes me rodean?”
Como lo vimos en Mateo 20:28 dos puntos arriba destaca esto muy bien, Jesús vino a servir y dar su vida por nosotros. En Filipenses 2 hay algo también muy importante:
“Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales”.
Filipenses 2:6-8
Jesús hizo a un lado su divinidad para humillarse y salvarnos a todos nosotros. Nos demostró el valor que tenemos para Él cuando dio su vida por nosotros.
Necesitamos amarnos y servirnos unos a otros. Es una misión incansable dar valor a las personas que me rodean. Enfócate en hacer a un lado cualquiera de tus títulos, tus capacidades, tus dones, para humillarte e impulsar a los que te rodean.
5. Que brille tu devoción.
“¿Estoy produciendo frutos?”
Es algo fundamental hacernos esta pregunta. Debemos analizarnos profundamente para saber si realmente estamos siendo fructíferos en lo que hacemos. Enfócate en ver si realmente estás siendo de bendición para otros o si estás siendo un obstáculo para alguien.
No te preocupes por brillar en tu servicio, enfócate en que tu devoción por Jesús brille más que cualquier cosa. Que sea tu amor por Jesús el que se demuestre, que sea tu amor por los demás el que se haga notar, y que los demás sean bendecidos y edificados por eso.
Analízate bien, y si hay algo en tu vida o tu corazón que no sea correcto para lograr la cultura saludable es momento de cambiar. Escucha a Dios, escucha el consejo, llénate de palabra y camina en la verdad de Jesús.
Espero que estos puntos te hayan servido, y que te ayuden a crecer y seguir avanzando en tu propósito.
¡Nos leemos pronto!