Como ser un mejor músico en la iglesia

Muchos llevamos años tocando, cantando y ministrando en la congregación, pero Dios siempre nos lleva a más y mejores cosas, los tiempos y las tecnologías van cambiando y es importante ser capaces de “trasvasarnos” en nuevos músicos y ministros. Aquí les dejo unos consejos para poder hacer que nuestro servicio sea mejor cada vez y así verdaderamente darle gloria y honra a Dios, con excelencia.

1. Recibe los comentarios
Los que te escuchan cantar o tocar te escuchan desde otro punto de vista y puede ser algo diferente a lo que tu escuchas. De hecho, puede ser algo que no estás escuchando en absoluto. Pueden hacer sugerencias con el fin de ayudarte en tu manera de trabajar. Es importante recibir la retroalimentación, tanto para tener un mejor cuadro de tu trabajo, así como para mantener el aprendizaje y la adquisición de experiencia personal. Además que se me hace una excelente idea.

2. Mantener un corazón enseñable
Es importante seguir siendo enseñable. Nadie nunca termina aprendiendo en su vida. Siempre se puede deducir algo de otra persona, incluso si es una lección de actitud.

3. Rodéate de personas que tienen más experiencia
Creo que todas las personas admiran a personas cercanas y otras lejanas. Es un pensamiento muy simple, pero es genial tener esa risa incontrolable cuando ves a tu jugador favorito o cantante hacer algo impresionante – aprendes de ellos, sobre todo cuando se tiene una estrecha amistad con ellos. Como un niño pequeño; recuerdo que se sentía estar detrás de un mentor y ver como él tocaba en la iglesia, eso me daba un tipo de experiencia que no se puede comprar.

4. Adora
Cuando adoras ofreciendo un corazón genuino, impactas a los que te rodean y eso te ayuda a dirigir mejor. Puede que ni siquiera te des cuenta de ello en el momento, pero cuando entregas todo, a Aquel que lo dio todo por ti, se abre una puerta para que la gente tenga ¡un mayor encuentro con Dios!

5. ¡Practica!
Sí, de verdad. No a todo el mundo le encanta esta palabra con la pasión que se imaginan, pero siempre hay formas de hacer que la práctica sea divertida. ¿Qué te parece ensayar con un amigo o aprender una canción con alguien? Pero cuando los demás no son accesibles, en lo personal, me gusta practicar sobre una pista o secuencia de buena calidad o practicar sobre el álbum de un artista que amo, lo reproduzco en el iPod y toco sobre él. El beneficio de la mayoría de las pistas de “play-along” o como aquí las conocemos: “Secuencias”, es que tienes tres cosas – la referencia del clic, los instrumentos por separado y la sensación de tocar con músicos reales. A su vez, esto ayuda con la sincronización, la lectura musical y la sensación y/o Groove reales de la canción. Los “play-alongs” se pueden encontrar en la mayoría de las tiendas de música.

6. Encuentra nuevas maneras de seguir apasionado de tu instrumento
Como te mencioné anteriormente, siempre hay formas de hacer que tu disciplina sea apasionante y no sólo algo que se hace por obra o servicio. Busca nuevas maneras de mantenerte a ti mismo un apasionado de tu instrumento, estudia, indaga. ¡Se creativo!

7. Encuentra tu voz/interpretación
Una vez que hayas visto o escuchado cómo las cosas están escritas o producidas, trata de hacer las mismas o similares cosas, y checa si puedes obtener los mismos o similares resultados. ¡Puedes incluso encontrar algo que te guste más!. Esto ayuda a desarrollar tu propia voz/interpretación musical, porque empiezas a obtener las características estéticas de la música que escuchas y poco a poco las vas adaptando a tu personalidad, incluso, mueve la tonalidad de las canciones si las sientes demasiado “altas o bajas” de acuerdo a tu voz  -evidentemente emplearás así, características que más te convienen.

8. Obtén experiencia de primera mano
¡Empieza a tocar! Organiza unas sesiones con la gente que amas. Desarrolla la confianza, disfruten tocando con “groove” y en unidad.

9. Se generoso
Es importante que nos llenemos, pero también que vertamos de nosotros a los demás. ¡Se generoso con tu don y tu servicio! Dios obra generacionalmente, no sólo dentro del pequeño marco de un ciclo de vida. Aquellos a quienes respaldas, apoyas y enseñas, heredan lo que aprendiste y tu experiencia, lo que permite que Dios obre a través de más y más personas.