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El aborto comenzó el día que empezamos a acostarnos

Tal vez esta publicación no sea tan tecnológica… pero creo que es muy necesario para todos aquellos que servimos y seguimos a Dios.

Me senté frente a unas personas destrozadas mientras me contaban sobre el aborto que había elegido años antes, cuando estaban en la universidad. La depresión, vergüenza y autodestrucción habían sido una parte regular de su vida desde ese día.

Estas personas lloraron. Y yo lloré.

Era una historia dolorosa, llena de tristeza. En un momento de la conversación uno de ellos me miró y dijo:

Solía preguntarme cómo nos encontrábamos en este lugar (la clínica de aborto). Dios me mostrado que el aborto no comenzó el día que nos enteramos que había un embarazo. Si no, que todo comenzó el día que decidimos y empezamos a acostarnos.

¡Qué declaración tan fuerte y profunda! Uno de los resultados de la revolución sexual según estos tiempos, fue divorciar el sexo del matrimonio y de la creación de la familia.

No sé si exista algo más destructivo para la sociedad. Los hombres y las mujeres creen que al arrancar el sexo fuera del plan de Dios serán exaltados como dioses sobre sus propios cuerpos, opciones y opiniones.

Lamentablemente, es lo contrario. Al abusar de la unión sexual, Dios quiso que tuviera un lugar como sagrado, entre un hombre y una mujer para toda la vida, es decir que hoy en día nos hemos vuelto menos humana en esta acción.

Y muchos han comprado la mentira de que el sexo es amor y les hace sentirse bien, pero una mayor mentira es que sin sexo no se puede conocer el amor o la felicidad. Estamos en una sociedad que han puesto gran parte o casi toda su identidad en la sexualidad y han hecho de la búsqueda de la satisfacción sexual, su propósito.

El divorcio o separación del sexo en el matrimonio también abrió una puerta para que el aborto sea visto como algo necesario o normal. Si tratamos el tema del aborto en la sociedad también tendremos que lidiar con el tema de la inmoralidad sexual.

El sexo es sagrado, porque la vida lo es.

La ley moral de Dios fue dada específicamente a los seres humanos, ya que sólo los seres humanos somos creados a Su imagen. Nuestras vidas son sagradas, y por lo tanto nuestros cuerpos y lo que hacemos con ellos también (Levítico 20:7).

Debido a que llevamos la imagen de Dios (Génesis 1:27), es ofensivo para Su santidad que profanemos a nosotros mismos sexualmente (1 Corintios 6:18). Cuando eliminamos la santidad del sexo, negamos la santidad completamente.

La Palabra de Dios dice que la persona sexualmente inmoral peca contra su propio cuerpo (1 Corintios 6:18), el cuerpo que Dios une en el útero, el cuerpo que dice en el Salmo 139:14 “maravillosamente he sido hecho.”

La inmoralidad sexual es también pecado contra el prójimo. Cuando estamos en relaciones sexuales fuera del matrimonio ignoramos el hecho de que la otra persona lleva la imagen de Dios, él o ella no nos pertenece a nosotros, sino a Dios. Sólo a través del pacto del matrimonio, dos personas pueden entregarse entre sí.

En el matrimonio, el hombre y la mujer se convierten en una sola carne (Génesis 2: 24-25 ). La vida y el cuerpo de la esposa es uno es como la vida y el cuerpo del hombre y viceversa. Este no puede ser fuera del matrimonio.

Cuando nos involucramos en la inmoralidad sexual estamos tomando lo que no es para nosotros como si lo fuera. Nos convertimos en nuestro propio dios por que nos rendimos cuentas a nosotros mismos, cuando la realidad es que le pertenece a Dios (Mateo 22:19-21).

Dios es el creador del sexo.

La idea de un hombre dejando a su padre y a su madre, aferrándose a su mujer, y los dos siendo una sola carne (Génesis 2:24-25). Es decir que la unión sexual de un hombre y una mujer en un pacto entre ellos a través del matrimonio.

Así que todo placer falso que el enemigo nos pueda ofrecer para nuestras almas es una mentira, por que el es el padre de las mentiras, (Juan 8:44). Tengamos en cuenta que las mentiras de Satanás y los deseos de nuestra carne es lo que nos aleja de la bondad de Dios (Santiago 1:14-15).

Un hombre o una mujer entregados a la inmoralidad sexual no están experimentando una bondad más grande de la que Dios diseñó, sino una menor, falsa y hueca. Ellos creen que están experimentando una mayor libertad, pero la realidad es que no es cierto, sino que son esclavos de su pasión sexual como un esclavo a su amo. Ellos no están floreciendo en la experiencia humana, si no lo contrario, se estan consumiendo (Proverbios 5: 22-23).

Yo he hablado con varias personas que viven en la inmoralidad sexual, cada una habla de una ruptura emocional, física y espiritualmente. La mayoría no sabe cómo encontrar su camino de regreso a un lugar de plenitud. Es más, muchos ni siquiera saben que el sexo no tiene que venir con la angustia y el miedo.

La ley moral de Dios es buena para el florecimiento humano. Él nos ha dado Su verdad para que nos guíe en el camino de la vida (Salmo 119:105). Así como la ley de gravedad (mi ejemplo favorito) es buena porque nos conecta a la superficie del planeta, así es la ley moral de Dios, es buena porque nos da una base moral.

Se que podríamos lamentar el hecho de la gravedad, lo que limita nuestra libertad de flotar en el espacio, pero flotar en el espacio nos podría matar. La gravedad, como la ley moral de Dios, está limitando de en una manera que conduce al florecimiento humano.

Incluso nosotros como cristianos somos propensos a ver la perfecta ley de la libertad de Dios con menosprecio, como si Dios fuese un padre dominante y poco realista. La ley de Dios es buena y justa (Salmo 19:8). Fluye de Su justicia y Su amor por nosotros.

El problema nunca ha sido la ley de Dios o Su mandamiento que debemos guardar (Salmo 19:10-11). Recordemos que los seres humanos fuimos creados buenos, a imagen de Dios, con la capacidad de mantener la ley moral de Dios (Génesis 1:26-28).

El problema, fue desde la caída en el jardín del eden, y desde ese día ha estado con nosotros, es decir el pecado. La verdad es que estamos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1). La ley de Dios es una carga, para los que están fuera de Cristo.

Cuando hacemos caso omiso a los límites que Dios ha puesto para la vida y la libertad para prosperar, vamos en el camino de la destrucción. En pocas palabras, eliges el camino de la muerte (Proverbios 14:12).

El aborto es a la inmoralidad sexual como, una manzana es al manzano.

Un día, un familiar no cristiano cuando supo que iba a entrar a la universidad me dio varios consejos, por supuesto, incluían las advertencias normales y prudentes, como “No tomes drogas”, “No te hagas delincuente o alcohólico “, pero fue su advertencia con respecto al sexo me pareció interesante.

Sus únicas palabras en relación con el sexo fueron: “Hagas lo que hagas, no dejes embarazada a nadie!” Eso fue todo. En cuanto a las drogas la advertencia fue: “¡No lo hagas!” Respecto del sexo la advertencia fue: “¡Que no quede embarazada!”.

El consejo que dio mi familiar tiene un gran error, que fue, hay que evitarse un hijo fuera del matrimonio, en lugar de las relaciones sexuales fuera del matrimonio.

Creo que la forma en que se habla a los hijos o familiares sobre el sexo puede hacerlos propensos a un aborto. Por que sera vergonzoso, por que es un pecado o una maldición y eso hará que siempre este la tentación de ver el aborto como un salida o salvación.

Se que hay muchos que dicen ser provida sobre el aborto, pero la realidad es que se han tragado la mentira de la inmoralidad sexual. La Biblia nos enseña que podemos esperar buenos frutos de un árbol que esta bueno. (Mateo 7:17).

Ahora si tu te haz comprado y creído la mentira de la inmoralidad sexual, déjame decirte que haz plantado un árbol enfermo que produce el fruto del aborto, de la muerte, de una maldición. Es muy importante que entiendas este concepto.

“El sexo seguro” es un mito. Siempre hay un riesgo físico, mental, espiritual y emocional.

El sexo nunca es seguro si por “seguro” que queremos decir que es carente de riesgo físico, mental, y emocional. Entregarse a otro en el sexo es hacerse vulnerable a esa persona. Es el acto más íntimo que dos personas pueden compartir.

En el pacto de matrimonio hay una promesa de fidelidad mutua y apoyo “hasta que la muerte nos separe”, pero tomar dicho riesgo con alguien que no estás comprometido en ese pacto de matrimonio, es sumamente peligroso y muy costoso.

Los condones no protegen contra todas las enfermedades o cualquier enfermedad perfectamente. Los anticonceptivos fallan. Ni los condones o anticonceptivos pueden prevenir la angustia de una relación destruida que ha sido meramente sexual.

El aborto ha cobrado la vida de millones de niños (más de mil millones de niños si tenemos en cuenta todo el mundo) y ha dejado mujeres, hombres incluso familias devastados.

Dios dice que la inmoralidad sexual, que no se nombre entre sus hijos (Efesios 5:3) porque los fornicarios no heredarán el reino de Dios (1 Corintios 6:9).

Esto no quiere decir que aquellos que han cometido el pecado sexual o aborto están más allá del poder del Evangelio de redimirse y ser restaurados. Pero Pablo cuando dijo a los creyentes, “esto erais algunos de vosotros” (1 Corintios 6:11). La Iglesia tiene la responsabilidad de apoyar con y en amor, en vez de juzgar, a los que se han arrepentido de pecado sexual y aborto.

Es decir, que aquellos que no se arrepienten en su rebelión contra Dios no puede decir que aman a Dios. Como dijo Jesús: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Juan 14:15). Ese es el plan de Dios para la unión sexual y es el único plan seguro. Esto es lo mas cierto y real que encontraras, incluso en un mundo destrozado y colapsado y lleno de personas destrozadas.

La pureza sexual: Es un testimonio de a quien pertenecemos; es un testimonio de santidad en la vida de un cristiano.

Tengo unas preguntas importantes:

¿Qué pasa con los no creyentes?, ¿Podemos clamar el plan de Dios para el matrimonio y la unión sexual como bueno para los creyentes y los no creyentes?

Las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer en el matrimonio fueron dadas por Dios a toda la humanidad y eso es bastante bueno. La inmoralidad sexual (un abuso del sexo) se produjo después de la caída al pecado, es decir cuando el pecado y la muerte entraron en el mundo. El matrimonio es honorable para todas las personas, pero la inmoralidad sexual será juzgada (Hebreos 13:4).

¿Qué pasa con aquellos que permanecen solteros?, ¿Quiere Dios realmente que se abstengan de la satisfacción sexual?, ¿No es eso injusto?

Si la satisfacción sexual fuera el punto de nuestra existencia, entonces Dios sería muy injusto. Fuimos creados para glorificar a Dios y para encontrar nuestro gozo, satisfacción, identidad y propósito en Él solamente.

Dios ofrece a los solteros no menos de lo que ofrece a los casados, porque Él se ofrece a ambos a través de Su Hijo, Jesucristo. Nuestro gozo y propósito no dependen de la satisfacción de cualquier deseo terrenal, lo cual es la razón de porque ningún beneficio terrenal satisface, sino que siempre nos deja buscando un beneficio mayor a futuro.

En lugar de ello, les invito a los solteros y los casados a estar satisfechos en Dios, la única respuesta a nuestros anhelos (Salmo 16:11). Somos creado a imagen de Dios, somos criaturas morales responsables de nuestras acciones (Romanos 2:15).

Como seguidores de Cristo tenemos el poder del Espíritu Santo que nos permite amar a Dios y al prójimo en palabra y obras. (2 Timoteo 1:7).

De hecho, es mediante nuestro amor por los demás que demostramos nuestra fe en Jesucristo (Santiago 2:14-17). De esta manera, la pureza sexual es un testimonio de a quien pertenecemos y un testimonio de la santidad de Dios y la santidad de nuestra vida.

Si haz sido sexualmente inmoral, incluso si haz elegido el aborto para escapar de la responsabilidad de tus decisiones, Dios tiene una invitación para el día de hoy:

»Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana. Isaías 1:18 (NTV)

Nunca es demasiado tarde para volver a Dios a través de Su Hijo, Jesucristo. Tu pureza puede ser restaurada y tu aborto perdonado. Habla con tu pastor, un líder o consejero cristiano, o un amigo cristiano bondadoso. Para que hoy sea un nuevo comienzo para ti (Hebreos 3:7-8).

Si tu estas en esta situación, te dejo este testimonio y espero en el nombre de Jesús te toque.

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