Compartiré una historia muy interesante, la cual nos muestra que ninguna palabra humana puede destruir la Palabra de Dios y mucho menos, ninguna acción de hombre podrá remover el Reino de Dios en esta tierra. Podrá haber quien se oponga a ella, pero jamás nadie tendrá el poder de negar de su verdad y existencia.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.

Juan 1:1

La evolución de diversas tecnologías ha dado lugar a diferentes métodos de impresión y reproducción, como son la flexografía, la serigrafía, el huecograbado, el alto grabado, la fotografía electrolítica, la fotolitografía, la litografía, la impresión ófset, la xerografía y los métodos digitales.

Pero, en realidad, la imprenta moderna se creó hasta el año de 1440 aproximadamente, gracias a Johannes Gutenberg

Gutenberg, en su labor de impresor, creó su famoso incunable Catholicon, de Juan Balbu de Janna. Pocos años después, imprimió hojas por ambas caras y calendarios por el año de 1448. Además, junto a su amigo Fust, editaron algunos libros, pero muy particularmente, la Biblia de 42 líneas, en dos tomos de doble folio, de 324 y 319 páginas respectivamente, con espacios en blanco para después pintar a mano las letras capitulares, las alegorías y viñetas que ilustrarían coloridamente cada una de las páginas de la Biblia.

Ahora, conozcamos la historia de este otro personaje:

François Marie Arouet, más conocido como Voltaire. Nació en París, Francia el 21 de noviembre de 1694, Voltaire fue escritor, historiador, filósofo y abogado figurando como uno de los principales representantes de la Ilustración.

Voltaire, fue un hombre ateo, humanista, duro crítico y perseguidor de la Palabra de Dios y del evangelio de Jesucristo, el cual se empeñó en destruir la fe de muchos.

“Jesucristo necesitó doce apóstoles para propagar el cristianismo; yo voy a demostrar que basta sólo uno para destruirlo”.-Voltaire

En 1734 se publica su famosa obra Cartas filosóficas, acusando al Cristianismo de ser la raíz de todo fanatismo dogmático.

Una, de sus muchas más declaraciones que quiero destacar es la siguiente:

“100 años después de mi muerte el cristianismo… Y la Biblia, serán eliminados de la existencia y, del pasado histórico”

Ningún otro libro ha sido tan atacado como la Biblia, la Palabra de Dios, y un ejemplo de ello es el hecho histórico que sucedió con el emperador Dioclesiano en el año 300 d.C., quien ordenó que quemaran cada Biblia que existiera, pues creyó que destruyendo las Escrituras destruiría el cristianismo. Cualquiera que fuera encontrado con una Biblia sería ejecutado inmediatamente. Sin embargo, 25 años después, el emperador Constantino ordenó que se hicieran 50 copias perfectas de la Biblia, a expensas del estado. Con Dioclesiano, fue quizá la más sangrienta persecución a los cristianos durante el Imperio romano, llamada la Gran Persecución.

El escéptico francés Voltaire, falleció el 30 de mayo de 1778 y sin embargo, la Biblia continua viva. Lo tremendo de esta historia, es que 50 años después de su muerte, la Sociedad Bíblica de Génova se mudó a la que fuera su última casa, lugar en el que se abrió una imprenta para imprimirse miles de Biblias. Ésta imprenta llegó a ser la sede central de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.”

Mateo 24:35

Las traducciones de la Biblia han sido numerosas: a 450 lenguas de forma completa y a más de 2000 de forma parcial, lo que convierte la Biblia en el libro (o conjunto de libros), más traducido de la historia.

En los últimos 50 años, la Biblia ha ocupado el primer lugar entre los libros más vendidos según publica el sitio web: Visual News, el cual publicó un listado de los 10 libros más leídos de en el mundo, basándose en los libros con más copias vendidas.

Según Visual News, se ha vendido unas 3.900 millones de copias de la Biblia mientras que el segundo lugar es para Citas del Presidente Mao Tse Tung, tras vender 850 millones de copias.

La Biblia ha sido el libro más leído del mundo y ha trascendido por generaciones.

Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. 1 Tesalonisenses 2:13