La otra noche fui al teatro a una obra musical de unos amigos. Mientras veía su actuación y empezaba la música, el volumen de la mezcla progresivamente se volvía ruidosa. Tan fuerte que incomodaba. Saque mi iPhone y abrí la app del medidor de dB (no muy precisa, pero me da una idea) y estaba viendo en la pantalla que decía 118 dB mientras llegaba el climax de la canción. Afortunadamente, siempre que asisto a un evento qué hay música en vivo cargo con mis tapones para los oídos, pero estando ahí del lado de la audiencia me puse a pensar: ¿Que tan fuerte es demasiado fuerte el volumen en nuestra iglesia? Y ¿Que decimos nosotros como ingenieros u operadores de audio en la iglesia, cuando las personas nos dicen que está demasiado fuerte?
A nivel técnico, es bastante fácil decir que es “demasiado fuerte”. La organización mundial de la salud (OMS o WHO en inglés) ha realizado investigaciones para determinar los tiempos de exposición a varios niveles de decibeles que pueden probar daños auditivos. Sus datos nos dicen que alrededor de 106 dB (ponderación A) durante 3:45 minutos provocará posibles daños auditivos. Eso es bastante fuerte, pero definitivamente he escuchado y visto que algunos eventos de las iglesias alcanzan ese nivel. Regresando a los datos de la OMS dice que 109 dB el oído tolera 2 minutos y pasando los 112 dB es menos de un minuto. Entonces hice muy bien en traer mis tapones para los oídos.
En el sentido puramente técnico, ir más allá de 106 dB comienzas a entrar en el territorio de “demasiado fuerte”, para que los oídos promedios toleren una canción de casi 4 minutos. Pero en el caso de música secular ese es el promedio de tiempo, en la iglesia tenemos canciones con estructuras generalmente con mucha dinámica es decir con muchas toques suaves e intensos y prolongadas en tiempo. Por lo tanto, es poco probable que vayas a lastimar a alguien si alcanzas esos 106 dB en unos pocos segundos en el climax de la canción porque regularmente después de ese climax va un verso, solo de instrumento o algo instrumental que hará bajar el nivel de decibeles. Porque siempre digo qué hay mucho que tomar en cuenta cuando hablamos de volumen.
Pero hablemos de lo que verdaderamente importa: la percepción que tiene la congregación al escuchar la alabanza y la adoración. Puedes manejar el audio a 90 dB en la iglesia, que es un nivel técnico perfectamente seguro escuchar durante 2 horas seguidas, pero si tratas de alcanzar ese nivel con una iglesia llena de gente mayor, serás expulsado inmediatamente de esa iglesia antes de conectar tus audífonos a la consola (broma).
El “nivel seguro” que yo recomiendo para las iglesias y en las que he tenido el gusto de mezclar y operar el audio (qué son iglesias contemporáneas en su mayoría, medianas a mega que tocan alabanza y adoración más moderna) es de 92 a 98 dB, dependiendo de cómo se siente y suena el salón o lugar de reunión, y al volumen que está acostumbrado la congregación. Un volumen bajo de 90 dB en la alabanza y adoración se comienza a sentir plano y sin vida, pero más de 98 dB empezarás a recibir quejas de las personas cercanas a las bocinas y de los pastores.
Te dejo esta publicación si quieres indagar mas sobre el tema: 13 pasos para hacer una gran mezcla de audio
Entonces, ¿Que debemos hacer cuando recibimos una queja que esta “demasiado fuerte el volumen”?
La respuesta es… depende. Si la queja viene del pastor o del director técnico, lo recomendable es analizar tu mezcla inmediatamente. Recuerda que somos facilitadores y no debemos entrar en discusiones cuando proviene de alguna autoridad. Puede que estés en los rangos seguros definidos por la OMS, pero si el pastor dice que está demasiado fuerte, haz los ajustes necesarios para que no se venga abajo la alabanza y adoración.
Te dejo esta publicación si quieres indagar mas sobre mezcla de audio: La mezcla de audio: Como analizarla y entenderla.
Pero, ¿Que hay de las otras veces, como cuando un miembro de la congregación aleatoriamente dice que está demasiado alto? Esto es cuando tenemos que ser objetivos porque como siempre digo, la mezcla es subjetiva a unos les va gustar y a otros no tanto, pero aún así existe la posibilidad de que uno se haya dado más volumen de lo recomendado. Entonces lo primero que yo hago es verificar mi medidor de dB. Si descubro que realmente está muy intensa la mezcla, reduzco un poco y le doy gracias al congregante. Eso es lo correcto. Pero, si realmente, objetivamente no está demasiado fuerte, le pregunto dónde está sentado y si veo que que esta muy cerca de las bocinas le recomiendo y pido ayuda a algún ujier para que lo acomode en una nueva zona y después voy a verlo en su nuevo lugar y decirle aquí pues sentarse para disfrutar más la alabanza, adoración y predica.
Espero en este post haberte proporcionado una idea acerca de lo que significa el volumen “demasiado fuerte” algo a lo que la mayoría de las iglesias se enfrenta. Se que es un tema complicado, pero es importante y que debe abordarse, por eso haré una serie de publicaciones que se llamará “Encontrando el volumen perfecto” para que estés pendiente.
Pero sobre todo, confía en tus oídos. Si crees que tienes un buen volumen ve cómo está reaccionado la congregación, si está adorando, esa es la señal que estamos realizando nuestro servicio y volumen de manera correcta.
Recuerda escribir un comentario de cómo enfrentas esta situación, etiquetar a tus amigos de servicio y compartirlo en tus redes sociales.