Angie Miller, concursante de la mas reciente temporada de American Idol, interpretó esta canción de la conocida cantante Kari Jobe. Aun cuando esta dentro de los mejores concursantes y sigue escalando para a quedar con los finalistas, Angie decide cantar esta canción con un mensaje de dependencia y pertenencia hacia Dios. Cabe mencionar el excelente trabajo de producción multimedia de American Idol, utilizando las pantallas de leds y la iluminación de una manera sencilla pero impactante.
