¿Estas dispuesto obedecer la voz de Dios?
Charles T. Studd nació en el seno de una familia inglesa adinerada en el año 1860. Su padre, Edward, era deportista, hasta que se convirtió a Cristo en una campaña del predicador norteamericano D. L. Moody. Se hizo un fervoroso testigo de Cristo entre sus amigos y conocidos. Sus tres hijos, conocidos jugadores de críquet, se entregaron a Cristo también.
Los hermanos Studd obtenían muchos logros deportivos, y al mismo tiempo testificaban con firmeza de su fe en el Señor Jesucristo. La única excepción era Charles. Mientras él cobraba fama en el mundo del críquet uno de sus hermanos, George, enfermó gravemente. Charles se preguntaba ¿De qué valen la fama y los halagos? ¿De qué vale poseer todas las riquezas del mundo cuando uno está frente a la eternidad? Una voz parecía contestarle: Vanidad de vanidades, todo es vanidad.
Apenas tuvo oportunidad, fue a oír a D. L. Moody, que visitaba Inglaterra otra vez, y allí se reencontró con el Señor, volviéndole el gozo de su salvación. Comenzó a leer la Biblia, y a evangelizar a sus amigos, llevándolos a escuchar al famoso evangelista. Conoció también el gozo mayor, de conducir a otros a los pies del Señor.
Por este tiempo, Charles se sintió guiado por el Señor para ir como misionero a China. Mientras buscaba la voluntad de Dios una noche de grandes conflictos, recibió esta palabra del Señor: «Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y por posesión tuya los términos de la tierra» (Salmo 2:8). Supo que era la voz de Dios.
Habiendo hecho la decisión causó un gran revuelo en la sociedad inglesa de la época, debido a que era muy conocido. Otros seis conocidos jóvenes deportistas y militares, entre ellos Stanley Smith, se unieron a él en esta misión. Llegaron a ser conocidos como los siete de Cambridge.
Así comenzó un gran movimiento de fe entre los jóvenes universitarios. Posteriormente tuvieron que volver otra vez a Cambridge, donde se reunieron con más de dos mil estudiantes para escucharles. Algo similar ocurrió en otras de las grandes ciudades. Los jóvenes conferencistas estaban tan ansiosos por la responsabilidad que recaía sobre ellos, que a veces pasaban toda la noche orando.
Los siete jóvenes misioneros partieron para China en febrero de 1885, cuando Charles tenía 25 años. Tres meses más tarde, sus propias madres no les hubieran reconocido. De oficiales y universitarios se transformaron en chinos, con trenzas, vestidos largos y túnicas de mangas largas, todo completo, pues de acuerdo con los principios de la Misión, creían que la única manera de alcanzar a los chinos del interior era haciéndose uno de ellos.
Cuando Charles cumplió los 25 años de edad recibió en herencia de su padre más de 29.000 libras esterlinas. Decidió ser fiel a la Palabra, y dar ese dinero al Señor. Charles beneficio a D. L. Moody y su Instituto Bíblico en Chicago, George Müller, con sus Hogares para Huérfanos, de Bristol, Jorge Holland, que tenía un ministerio entre los pobres en Londres, y William Booth, del Ejército de Salvación y agregó donaciones a la Misión al Interior de China.
Tan sólo la eternidad revelará cuántos fueron despertados a seguir el verdadero camino del discipulado por el ejemplo de este joven rico del siglo XIX que dejó todo por seguir a Cristo.
Priscilla Studd nombre de soltera Stewart Priscilla Livingstone fue una protestante cristiana misionera y la esposa de Charles Studd .
Priscilla llegó a China en 1887, como parte de un equipo de obreros nuevos del Ejército de Salvación. Era irlandesa, de hermosos ojos azules y cabello rubio. Hacía sólo un año y medio que se había convertido, en forma milagrosa.
Después de resistir al Señor por tres meses, se rindió, cuando vio al Señor decirle: Por mi llaga fuiste curada. Desde ese día decidió que Jesús sería su Señor y su Dios. Poco después, mientras buscaba dirección para su vida, abrió la Biblia y vio, al margen del libro, escrito en letras de luz: China, India, África. Estas palabras proféticas habrían de cumplirse literalmente.
Priscilla y Charles se conocieron en Shangai, mientras éste desarrollaba reuniones para los marineros ingleses. Junto a otros misioneros, Priscilla colaboraba allí con mucho fervor. A pesar de que debieron separarse por algún tiempo a causa de la obra, Charles y Priscilla se escribieron, y él le propuso matrimonio después de buscar al Señor intensamente.
Hubo un doble matrimonio: el religioso fue oficiado por el conocido evangelista chino Shi, y el civil, ante el cónsul británico. Al final de la ceremonia, ambos se arrodillaron e hicieron una solemne promesa ante Dios: «Jamás nos estorbaremos uno al otro de servirte a Ti». Fue una «boda de peregrinos», sin traje de bodas, con ropa china común, de algodón.
Le nacieron cuatro hijas.Tras 10 años en China, la familia regresó a Inglaterra, en 1894. Llegados a Inglaterra, con dificultad se estuvieron quietos algún tiempo, para recuperarse de su deteriorada salud, pues pronto llegaron las invitaciones a compartir sus experiencias. Dos años después, Studd fue invitado a Estados Unidos, donde se quedó 18 meses.
Priscilla y Charles habían sentido la responsabilidad de llevar el evangelio a la India. Studd se dedicó a ganar almas. Sus hijas crecían, y disfrutaban la vida en la India. Las cuatro se entregaron a Cristo durante su estada allí. Él mismo las bautizó en una piscina que mandó construir en su propio jardín.
La familia Studd literalmente se sembró en el África. Allí ganó a los perdidos, les tradujo la Biblia, les enseñó a cultivar la tierra y a escribir su idioma, hasta el día de su muerte, el 19 de julio de 1931. Para esta fecha Studd había establecido en Londres la casa matriz de la Cruzada de Evangelismo Mundial (World Evagelization Crusade), con el propósito no sólo de apoyar el trabajo de Studd en África, sino de extender el evangelio, enviando misioneros a otros países donde no conocían a Jesucristo.
“Si Jesucristo es Dios y murió por mí, entonces ningún sacrificio que yo haga por él es demasiado grande. Charles Studd”