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Distractores de la Bendición

En nuestro día a día pueden surgir distractores de bendición. Situaciones, que aunque pareciera, no son tan insignificantes; y las cuales pueden lograr desviarnos del camino que debemos seguir sino nos mantenemos firmes en la fe y los principios de Dios.

Hoy quiero mostrarles que aún las que aparentan no dañarnos, hacen mas desastre en nuestra mente y corazón de lo que creemos.

Como cada día te levantas, oras, encomiendas tu día a Dios y finalmente te preparas para salir.

En el trayecto vas con gozo, ese gozo que causa el haber buscado desde temprano a Dios y piensas, hoy nada me robara esto que siento en mi corazón y finalmente llegas a tu destino.

Todo va bien, y de pronto comienzan a suceder cosas que  parecen rodearte de “injusticias”, como que tu compañero de trabajo te trate como una persona inferior y justo hoy es a quien han elegido para el ascenso que tanto deseabas; o esa llamada desagradable de algún cliente que por su forma tan grosera de tratarte hace que te sientas la persona más infeliz del mundo, o el compañero de clase que te hace la vida imposible, por el simple hecho de que eso a él lo hace “sentir bien”, en fin, todo eso que implica el convivir con gente que no conoce a Dios y que de pronto sin darte cuenta te ha sacado de balance trayendo pensamientos o sentimientos que sabes que no son gratos delante de Dios, logrando que al final del día ahoguen la bendición que trajo tu encuentro por la mañana con Él.

¿Te parece esto conocido?

Por nuestra carnalidad es tan fácil caer en la trampa de nuestras emociones y debilidades. Cualquier cosa que nos haga perder el enfoque y la fe; será una gran oportunidad para que el enemigo nos haga dudar del amor o fidelidad de Dios.

El enojo, la envidia, la ira, la murmuración, la duda, el razonamiento, son cosas que debemos tener gran cuidado de no darle libertad en nuestra mente, porque se pueden volver terribles para nuestra vida, y robarnos no sólo la paz, sino la bendición y lo peor, llegar al final del día y no tener ganas de buscar la presencia de Dios

Un cristiano, puede pasar de la hermosura de su relación con Dios a lo terrible de caer en las cosas que le desagradan si, como decía, no tenemos cuidado.

Para vencer esto, primero debemos reconocer que somos vulnerables a estos distractores de bendición.

Segundo, debemos mantener un corazón puro: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8

Tercero, que tus pensamientos no se vayan a ningun lado, sino que permanezcan en Dios y confies en él: Tú le guardarás en completa paz, aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3

Cuarto, tener una fe inquebrantable, y saber esperar en Dios: Aguarda a Jehová, Esfuérzate y aliéntese tu corazón; Salmos 27:14.

2a Pedro 2:7-9  …Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere.

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