Seguramente alguna vez haz escuchado o visto Got Talent, esta es una franquicia de concursos que se volvió famosa en todo el mundo después de haberse estrenado en 2007 en el Reino Unido. En ese momento nunca nadie llegó a pensar que llegaría a realizarse en más de 50 países.
Te contaré acerca de un caso interesante que sucedió en uno de estos concursos. En Australia’s Got Talent 2012, llegó un músico llamado Owen Campbell a presentar una audición. Antes de que subiera al escenario, dijo a las cámaras: «Estuve en gira por Europa, India y otros lugares. Cuando digo que “estaba de gira” me refiero a que canté en las calles». Hasta ese momento, Campbell era una persona común y corriente, un completo desconocido sin formación musical, nunca había estudiado en ninguna escuela de música y mucho menos en un conservatorio.
Una vez que Owen subió al escenario, no dio la mejor impresión. Arregló la altura de su micrófono mientras saludaba, un poco descortés, a los miembros del jurado:
—¿Quieren que comience de una vez?
—Más te vale— respondieron ellos.
—Hagamos de cuenta que el jurado no está aquí, solo voy a entretenerlos, amigos—dijo Owen al público.
Comenzó su presentación y… ¡Fue impresionante! No tocó acordes con los dedos en la guitarra sino que usó un cuello de botella, técnica conocida como slide. El cantautor impresionó a la gente que estaba en el público, pero los jueces estaban molestos con la actitud de Campbell a pesar de que su presentación fue muy buena.
En un intercambio tenso de palabras, el juez Brian McFadden se dirigió a él y le dijo: «Puede que seas el tipo más talentoso del mundo, pero si actúas como un creído, nadie te va a querer», para luego decir su veredicto, «aquí te doy una lección, por mi parte es un no».
El talento no lo es todo. Las personas con dones como el de Owen están un paso adelante de los demás, pero eso no les garantiza que alcanzarán todas sus metas. ¿Qué es más importante entonces, el talento o el carácter? Todos en este mundo tenemos dones, pero el carácter no es algo que se hereda, se desarrolla y se adquiere con un factor importante: disciplina.
El talento necesita fortalecerse con entrenamiento, concentración, preparación, disposición a fallar y otros factores que agregan virtud a la capacidad que tenemos para hacer ciertas cosas. Sin carácter, el talento es inútil para quien lo posee, y se convierte en una molestia para los demás.
thefreedictionary.com define la palabra disciplina como un entrenamiento del que se espera que produzca un carácter específico o un patrón de conducta determinado. De este carácter se obtienen virtudes como la humildad y el respeto.
En cuanto al talento, se refiere a que es la capacidad intelectual o la habilidad que tiene una persona para aprender o desarrollar una actividad con mayor rapidez.
Los dones y talentos, por sí solos, no bastan, no son suficientes para tener un carácter correcto; por eso hoy quiero darte 4 consejos que harán que tus talentos te ayuden a crear carácter, y te permitan llegar a donde quieres, siempre siendo usados por Dios y disfrutados por los demás.
1.- Aleja tus distracciones.
Ningún día es para perder el tiempo, una persona disciplinada sabe que cada minuto es importante. Las redes sociales son, por ejemplo, un gran foco de distracción y pueden llevarte a perder horas valiosas.
Identifica aquellas cosas que están siendo una distracción peligrosa para ti, y quítalas del camino.
2.- Evalúa tus hábitos.
Romper un mal hábito o adquirir uno nuevo implica tomar decisiones importantes. Una rutina provechosa es difícil de alcanzar, requiere persistencia, pero cuando lo logras, empiezas a disfrutar los beneficios de una vida ordenada y disciplinada.
Crea nuevos hábitos, y desecha los malos.
3.- Planifica.
La disciplina es una virtud que se alcanza mediante procesos. Aprender a planificar te llevará a desarrollar la habilidad de decir «no» cuando es necesario, y comprometerte solo cuando estás seguro de que cumplirás lo que has dicho.
4.- No te metas el pie tu solo.
No cumplir los compromisos que has hecho contigo mismo va a alimentar tus inseguridades. Éste es el enemigo número uno del buen carácter.
Si quieres ser una persona de palabra necesitas ser consciente de lo que esperas de ti mismo y realizar con diligencia todo lo que te has propuesto.
Tus habilidades son el recurso que Dios usa para hablarle al mundo, ¿no me crees? Mira lo que dice el libro más famoso del mundo en 1 Pedro 4:10:
«Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios»
(RVR1960).
Tus dones no te van a convertir en un gran artista, escritor, músico o cualquier otra cosa; Dios te llama un ministro.
Tu fidelidad hacia Él será puesta a prueba según la forma en que uses tus talentos, dones y habilidades, y también cuando entiendas que estas son nada más que una manifestación de su favor inmerecido sobre ti.
Todo lo que somos y tenemos es gracias a Él, y debemos demostrarlo creando el carácter correcto.
¿Qué opinas al respecto? Déjame tu comentario.
¡Hasta la próxima!