Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: !Oh, si me dieras bendición, y ensancharás mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me librarás de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió. 1a Crónicas 4:9-10
En medio de la genealogía, se resalta a un hombre: Jabes. El autor tuvo que hacer un paréntesis ya que Jabes fue ilustre, sobresalía en comparación con sus hermanos. Jabes proviene del hebreo y significa: dolor. Dolor quiere decir “sentimiento de pena o congoja”. Aunque su nombre no era positivo, sobresalió de todas las demás persona.
E invocó Jabes al Dios de Israel…
Vemos a un hombre que tenía una relación profunda con Dios, tan es así que buscaba su dirección. Lo primero que hizo fue pedirle ayuda a Dios utilizando una suplica con una gran fuerza. Cabe destacar que esta oración la hizo sin dudar, puesto que lo que pidió lo hizo con fe.
Esto es algo que todo cristiano o persona que está pasando por algún momento de prueba, o simplemente tiene alguna petición delante de Dios, debiera hacer: pedir con fe, con una fe firme, inamovible, inquebrantable; pues en la Biblia nos dice que a Dios le agrada cuando lo hacemos así y entonces Él concede lo que pedimos (Hebreos 11:6).
Muchas veces no recibimos lo que pedimos, y hay dos razones para ello. La primera, no sabemos pedir. (Santiago 4:3). Esto nos enseña que debemos pedir conforme a la voluntad de Dios. Y la segunda es que, si lo que estamos pidiendo, no esta bajo la voluntad de Dios, de nada vale que le pidamos.
Seguramente la oración que hizo Jabes estaba bajo la voluntad de Dios, ya que al final Él le concedió lo que pidió.
Fuente: RBE.