Hay situaciones en nuestra vida que nos llevan a clamar insistentemente a Dios; pero a pesar de lo que te rodea, de lo que puedas ver o escuchar Dios te dice: no dejes de hacerlo, no bajes la guardia, porque la respuesta viene en camino.
SĆ© que a veces nos agotamos no sĆ³lo fĆsicamente, sino que espiritualmente tambiĆ©n nos sentimos cansados, sientiĆ©ndonos como si ya no hubiese mĆ”s que decir o hacer, pero cuando viene la palabra de Dios a tu vida, esa palabra que hace rhema en tu corazĆ³n creĆ©la y afĆ©rrate a ella,Ā no sĆ³lo te devolverĆ” la esperanza sino que fortalecerĆ” tu fe que es lo que te harĆ” seguir y no desistir hasta que veas el efecto poderoso que esas oraciones tendrĆ”n en tu vida de lo espiritual sobre lo natural.
Dios conoce muy bien lo que pensamos, lo que sentimos, nadie como Ćl para entender lo que hay en tu corazĆ³n, sin duda Ćl te estĆ” escuchando y los frutos de esas oraciones estĆ”n por brotar, porque el Dios en el cual has decidido creer es un Dios de amor, un Dios fiel que cumple sus promesas y Ć©l quiere y puede bendecirte. SĆ³lo sigue los siguientes consejos y verĆ”s la gloria de Dios sobre tu vida.
Salmos 37:4-6 DelĆ©itate asimismo en JehovĆ” y Ć©l concederĆ” las peticiones de tu corazĆ³n. Encomienda a JehovĆ” tu camino, y confĆa en Ć©l; y Ć©l harĆ”. ExhibirĆ” tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodĆa.