Siempre que empezamos un nuevo año, además de proponernos nuevos propósitos es importante realizar una introspección para saber como nos encontramos y como Dios encontrará nuestro corazón. El saber el estado de nuestra alma y de nuestro espíritu es de vital importancia para cada uno de nosotros como cristianos.
Pues bien, al comenzar este año decidí aplicarme un pequeño test para saber como estaba mi corazón. Algunas de las preguntas que me realicé fueron las siguientes:
¿Quién soy?
Para saber a quién sirves debes saber quién eres. Entendí que soy un hijo amado por Dios y que le quiero servir con todo mi corazón. Hasta ahí tenia una calificación aprobatoria. Pero al llegar a la siguiente pregunta el panorama cambió.
¿Realmente soy yo como Dios espera que yo sea?
Al principio me adelante a responderme con una respuesta inmediata y aprobatoria; pero al buscar un poco en la palabra de Dios encontré varias cosas importantes acerca de la humildad que les quiero compartir.
Dios da gracia a los humildes
Al encontrar en la palabra de Dios el versículo de Santiago 4.6 “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”, Entendí que necesitaba de su gracia para cuidar mi corazón de la soberbia y el orgullo.
La humildad es una característica del alma que nos prepara para tener fe.
Si no somos humildes no podemos reconocer la grandeza y el poderío de Dios, además de que no permitimos a Dios ser DIOS en nuestras vidas.
Dios manda que los que le sirven se humillen bajo la poderosa mano de Dios:
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
1 Pedro 5:6
El no puede mostrar su poderío en nuestra vida si nosotros no reconocemos que todo lo que hacemos, tenemos y somos es por El y para El
El Humillarse no quiere decir hacerse menos o sentirse inferior. Es reconocer la grandeza de Dios delante de nosotros.
Humildad VS Orgullo
Como personas que estamos al frente en el escenario o en áreas a donde los demás nos ven, es importante guardar nuestro corazón y mantenerlo en humildad. La palabra de Dios nos habla en repetidas ocasiones acerca de los contrastes entre el orgullo, la soberbia y la humildad:
“Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu” Proverbios 16:18
“La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra”
Proverbios 29.23
“Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios” Proverbios 16.19
Una definición de orgullo es considerarse superior a los demás.
Si al hacer una introspección, te consideras superior a los demás por tu forma de cantar, tocar, predicar, o por algún talento de Dios o “unción especial”, o te consideras superior por que tienes un poder adquisitivo “diferente” que te permite obtener cosas materiales que otros no pueden tener, déjame decirte que tienes orgullo en tu vida.
Dios quiere usarte, pero el hecho que El te use no quiere decir que El te apruebe.
La palabra de Dios dice:
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
Santiago 4:6-10
A todos nos hace falta una buena dosis diaria de “Humildomicina”.