“Tuenti para subir fotos y Twitter para mis pensamientos”, cuenta Ainhoa López. “Antes me comunicaba con mis amigos por Facebook, pero se ha vuelto complicado”.
Estudiante de 1º de Bachillerato en un colegio madrileño opina lo mismo que Omar Mamalbashi, de 14 años, alumno del Alameda de Osuna. Ambos tienen perfil en Facebook, pero apenas lo usan. Su compañero Javier Mora, de 12, se lo creó para estar en contacto con la familia, pero no demuestra interés por actualizarlo. Los tres están de acuerdo en que el móvil es su posesión más preciada y su puerta de entrada a las redes.
Diego Álvarez, que cursa el primer año de psicología, sigue activo, pero se queja de tanta notificación: “especialmente las de juegos como Candy Crush”.
Atrás quedan los tiempos en que los padres pedían que se colgase el teléfono para no dejar incomunicado el hogar. Ahora las redes sociales son el nexo de comunicación con los amigos, pero Facebook no ocupa ese lugar central en la familia. El último informe del instituto Pew Research, realizado con jóvenes norteamericanos entre 12 y 17 años refleja su desinterés por Facebook, en favor de Twitter.
El director de medios sociales de Ogilvy & Mather en España, Mauro F. Fuentes, cree que Facebook ya no es cool. “Está todo el mundo, sienten que se mezclan con gente con la que nada tienen en común”.
Francesc Grau, consultor de comunicación digital y autor de Twitter en una semana, cree que la dispersión no les beneficia: “Algunas quejas comunes son los frecuentes cambios, la presencia de los padres, así como la extraña presentación de las actualizaciones”.
Tuenti se ha convertido en el refugio de María Nogal, de 14 años de edad. La red social Made in Spain mantiene su liderazgo en el segmento más joven. Desde su nacimiento en 2006 ha crecido hasta los 15 millones de usuarios de los que más de nueve millones se conectan cada mes. Seis lo hacen a través del móvil. El 22% tienen entre 14 y 17 años de edad. Tan solo el 12% tiene más de 35 años.
Parece que los niños nacen en Tuenti, crecen en Twitter y se acomodan en Facebook.
Fuente: El País