Una persona que se sienta en la iglesia, piensa que el que predica tiene una gran voz. Que el que canta al abrir su boca o el músico al tocar su instrumento automaticamente sonará como suena el radio.
Cuando se produce un problema con el audio, video o la iluminación y la gente de la congregación empieza a dar sus opiniones, a la persona que lo esta operando le entra la duda acerca de si lo que esta viendo o escuchando es correcto.
Sinceramente cuando creemos que debemos agradar a todos terminamos desagradando a todos. Lo importante es tener un corazón dispuesto a agradar a Dios.
En mi caso encuentro consuelo en saber que Dios me ha regalado el don y la capacidad de operar el audio. Debemos de tener claro que Dios nos da dones y capacidades que cuando son usadas en la línea de su perfecta voluntad, eso nos debe de dar una enorme satisfacción. Dios quiere usarnos de la misma forma que nuestros pastores y músicos, somos un cuerpo, a través de lo que hacemos ayudamos a que el mensaje que Dios tiene para la congregación, pueda ser entregado atreves del audio, video e iluminación. Recuerda que los que están atrás de las cortinas, a los que nadie nos ve, Dios nos recompensará en público.
Después de estar 15 años en el ministerio de audio me he dado cuenta que nunca me ha faltado nada y no lo hago para ser recompensado en publico, si no por que es para El y tengo el privilegio de poder servirle y ayudar en que su mensaje a ser impartido, mientras El pueda seguir usandome siempre estaré dispuesto.