Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6
A este niño, que nació hace más de dos mil años, quien creció, vivió, murió y resucitó venciendo a la muerte, para darnos libertad; pagando así por nuestros pecados, y en el cual, a través de esa reconciliación que vino a traernos con el Padre y por quien podemos tener una vida eterna, es a quien celebramos esta noche: El Hijo de Dios, Jesucristo, nuestro Salvador.
La verdadera navidad se encuentra en que Jesús vino a este mundo para poner su vida por ti y por mi; trayendo con ello sanidad no sólo física, sino del alma; apertura de cárcel, libertad a los cautivos y anunciar las buenas nuevas de salvación y vida eterna.
Si dejas que este día Jesús entre a tu casa, tome tu vida y viva en tu corazón, no sólo será una Noche Buena, sino que tendrás el resto de tus días llenos de bendición, abundancia, verdadero amor y estarás rodeado de justicia, de victorias, de milagros que alcanzarán no sólo a tu familia sino también a todos los que te rodean.
Tú Redentor !Vive! Si le invitas esta noche a tu hogar, no importa con quien la pases, sólo deja que él entre y traerá a tu vida, unidad familiar, restauración y restitución para siempre.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Apocalípsis 3:20