A lo largo de este año, sé que Dios te ha dado muchas promesas, probablemente algunas las has visto cumplidas o posiblemente, ninguna, y seguramente esto ha causado profunda tristeza en tu corazón pensando, “¿quizá entendí mal? o ¿no he tenido la suficiente fe para alcanzarlas? ¿será tal vez que algo me faltó por hacer o mejor dicho, estoy haciendo mal y por eso no se cumple todo lo que Dios habló a mi vida? y lo peor de todo es que está a punto de terminarse el año”.
Al inicio de año y conforme pasaban los días, tu expectación crecía al pensar que en cualquier momento llegaría todo aquello que Dios te prometió, y al ver que no fue así, piensas, ¿qué fue lo que sucedió? En fin, tantas preguntas que te dan vueltas en la cabeza y que lo único que hacen es desanimarte más y alejarte más de la esperanza que surgió con tanta fuerza por todo lo que se decretó sobre tu vida y tu familia.
Yo sé con cuanta emoción has esperado por todas aquellas cosas que anhelas y que mejor aún, Dios te ha confirmado, pero déjame decirte que Dios es fiel para cumplirlo y no, no entendiste mal, porque
Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 1 Tesalonicenses 5:24
Al escudriñar las Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, he visto que todo lo que Dios dijo que haría lo cumplió y lo seguirá haciendo, cada una de ellas sin faltar ninguna, compruébalo por ti mismo, lee la Biblia, es más, la prueba está en Jesús, Él es un testimonio vivo de que Dios cumple sus promesas. El profeta Isaías habló de su venida, y cientos de años después así sucedió. Para los hombres de su época no haber visto la promesa cumplida en su tiempo, quizá fue motivo de desánimo o duda, pero el Salvador llegó en el tiempo que debía ser.
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? Números 23:19 RVR1960
Entre el tiempo que pasa y el enemigo que es experto para aventarnos sus dardos de duda, son el complemento perfecto para hacer que nuestra fe por momentos desfallezca, pero te animo a que cada día que pasa sigas recordando y declarando cada promesa que Dios ha dado a tu vida, eso alimentará tu fe y no sólo eso, te ayudará a mantenerte firme, fortalecido y en pie para alcanzar y obtener la victoria sobre todo aquello que Dios te prometió.
Y como Jesús mismo sufrió, y el diablo le puso trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone trampas, Jesús puede ayudarnos a todos. Hebreos 2:18 TLA
Te animo también a no sólo entender que Dios es fiel, sino a que tú como hijo seas fiel a Dios, creyéndole, buscándole en la intimidad cada día, dándole un buen golpe al diablo con tu confianza en el Padre.
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:11 RVR1960
Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 2 Timoteo 1:12 RVR1960
Dios tiene poder para hacer mucho más de lo que le pedimos. ¡Ni siquiera podemos imaginar lo que Dios puede hacer para ayudarnos con su poder! Efesios 3:20 TLA
Dios lo hará, no te desanimes, no es que hayas hecho algo malo como el enemigo te quiere hacer creer, es sólo que Dios está trabajando en ello, está acomodando todas las piezas para que todas esas bendiciones encajen perfectamente en tu vida. Y por favor, no pienses que sólo esas promesas son las que Dios hará para bendecirte, cada día Él nos muestra su amor en la salud que tenemos, en el cobijo y sustento que tenemos, en la familia y amigos que tenemos, en la oportunidad de poder congregarnos con libertad y poderlo adorar.
Tenemos la gran oportunidad de poder hablar de Él a otros, de que con nuestra propia vida y testimonio el Espíritu Santo logre llegar a cada corazón y traer sanidad y libertad. De poder ser el medio por el cual la gente tome el rumbo correcto, y que de todos aquellos que se sienten perdidos, se encuentren con Jesús. En fin, hay tanto en lo que podemos y debemos estar enfocados, que también son promesas que en algún momento Dios prometió que haría por y a través de nosotros.
La aflicción nos roba tiempo, bondad y belleza, no dejemos que eso nos suceda, y sigamos confiando y con una gran expectativa, porque sin duda lo mejor está por venir para ti y para mí.
Dios te bendiga.