¿Te has puesto a pensar y reflexionar si realmente estás honrando a tu mamá?
La Biblia dice que al honrar a nuestra madre trae consigo una promesa:
Efesios 6:2-3b
“2 «Honra a tu padre y a tu madre». Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa. 3 … y «te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra».”
Hoy, día de las madres, nosotros los que somos hijos sabemos que es un día de honor, celebración y agradecimiento a nuestra mamá. Gracias a ellas nosotros estamos aquí, debemos darle honra por el simple hecho de darnos la vida, porque fuimos criados, educados y amados tiernamente por ellas desde la niñez hasta la madurez, al convivir día a día, al estar con nosotros en tiempos de dificultad, al estar presente cuando hemos caído para ayudarnos, alentarnos, corregirnos, a enfrentar la vida y seguir adelante.
¿Pero cómo honramos a nuestra madre? En griego honrar significa: Reverenciar, respetar, valorar. Debemos honrarla no por sus méritos, sino por su posición, en otras palabras: no por lo que hace sino por quién ella es: nuestra madre. Debemos honrarla con nuestras acciones y actitudes, tratarla con delicadeza y respeto. Nosotros los hijos debemos obedecerlas en todo porque es la voluntad de Dios y ¡eso le agrada!: “Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque eso agrada al Señor.” (Colosenses 3:20)
Conclusión: Amar y honrar a nuestra madre va mucho más allá que solo nuestro trato hacía ellas, debemos tener muy en cuenta la posición que Dios puso en ella y la recompensa que Dios te da si en verdad cumples como hijo de obedecer y respetar a tu madre.