Servir a Dios con corazón perfecto, es lo que desea el Señor que hagamos.
En días pasados leyendo el libro de Crónicas, aunque ya anteriormente había leído está porción de la Biblia, en esta ocasión mis ojos espirituales fueron abiertos a través de la historia de David y Salomón, su hijo.
Me sorprende la sabiduría con la que David delega a Salomón la edificación del templo, instrucciones dadas directamente por Dios a David. La humildad y amor con el que le entrega el servicio y cómo posteriormente Salomón lleva a cabo con el mismo corazón lo que su padre le asignó, es un buen ejemplo de como nosotros como cristianos debemos servir a Dios en cualquier área que él nos designe.
El haber levantado Dios a Salomon como rey, hizo que el pueblo de Israel reconociera el amor de Dios hacia ellos; ya que en el corazón de Salomón realmente estába el deseo de serivir no sólo a Dios, como rey, sino a todo su pueblo.
En lo siguiente que leeremos David le deja claro a Salomón sobre la importancia de servir a Dios con un corazón perfecto. Prometiendo Dios que si se esfuerza en cumplir sus mandamientos, confirmaría su reino para siempre.
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre. 1a Crónicas 28:9