En realidad necesitamos cambiar nuestra manera de pensar, y como cristianos, debemos ser ejemplo. Reflejar que Cristo vive en nuestro corazón, es demostrar que también somos capaces de cuidar el mundo que Dios nos ha entregado.
Demostremos a este mundo que podemos ser la diferencia, cuidando los recursos naturales que Dios nos ha dado. Esta tierra nos ha sido dada para que Su nombre sea glorificado, y será así cuando nosotros demostremos no sólo que somos muy santos, sino también respetuosos y cuidando nuestra manera de conducirnos hacia los demás.